La ciudad esmeralda

En Irlanda encontramos una de las ciudades más cosmopolitas de toda Europa, Dublín.

Un centro escogido más que nada, como destino tanto laboral como estudiantil, ya que allí se puede estudiar el idioma inglés en su máximo nivel.

Empleado como destino principalmente por jóvenes españoles que desean dominar un poco más ese idioma.

Dublín también nos muestra ciertos encantos que muchas veces pasan desapercibidos.

Estos encantos no son precisamente sus edificaciones ni sus monumentos, ya que no es su característica principal, pese a haber sido fundada en la Edad Media como centro comercial de esclavos por parte de los vikingos.

En la actualidad, posee casi 500.000 habitantes sólo en la propia ciudad. Contando sus alrededores esta cantidad se duplica e incluso triplica contando el Gran Área de Dublín.

El protagonista Temple Bar

Pero regresando a sus encantos, el atractivo principal de la ciudad y capital irlandesa es su vida nocturna.

Principalmente la que se realiza el Temple Bar, en el centro de Dublín y es una de las zonas más concurridas de toda Europa al mismo tiempo que una de las más visitadas por turistas de todas partes del mundo.

Aprovechan este mundo nocturno único en el mundo. Casi todo el ambiente cultural de Dublín se mueve en este barrio de Temple Bar, lugar donde se concentran la mayoría de los jóvenes locales como así muchos españoles.

Está tan solo dos horas de vuelo de avión, cuyos billetes se consiguen muy económicos gracias a los vuelos Low Cost (Ryanair o Air lingus) que permiten conocer fácilmente la capital irlandesa.

Además, la enorme cantidad de hoteles y albergues existentes en Dublín, facilitan aún mucho más la decisión de escaparse al menos un fin de semana a Dublín.

Pero además es una muy buena opción para aprovechar y realizar compras de todo estilo, ya que los comercios abundan en la ciudad y siempre se encuentran repletos a más no poder.

En cambio, si desean aprovechar y visitar algunos edificios representativos, no pueden dejar de recorrer la calle O`Connell Street, donde se ubican los más emblemáticos de Dublín, como el Monumento a la Luz.

Definitivamente, pese a ser un “centro nocturno universal“, varias otras actividades pueden desarrollarse perfectamente en la capital irlandesa, pero piensen siempre en visitarla con mucho ánimo de fiesta.

Disfruta Dublín, disfruta Temple Bar.