Sin llegar a la gallardía del Tajo, el Henares aglutina en su cuenca a numerosas aldeas, pueblos y ciudades. No es un río cualquiera: en algún momento de su centenaria vida inspiró a grandes como el Arcipreste de Hita, Cervantes o el Cid.
La provincia de Guadalajara se encuentra en plena meseta castellana, regada por numerosos afluentes del río Tajo, aunque aquí el que nos interese sea, sobre todo, el Henares. A la derecha de este río el terreno se vuelve suave, poblado de suaves colinas y terrazas sobre el río: es la Campiña.
El relieve no es la única diferencia; además, el clima es menos extremo que en el resto de la provincia. Se trata de una buena zona para la práctica de los deportes de vuelo como el ala delta o el parapente.
Una provincia con mucha historia a sus espaldas. Existen restos ya de tiempos paleolíticos y, desde entonces, la región no ha dejado de participar en los avatares de la península.
Junto a su nombre van ligados los de personajes bien ilustres: Miguel de Cervantes y el Arcipreste de Hita nacieron y vivieron gran parte de sus vidas en estas tierras. Se presume que el Cid Campeador libró su primer combate contra los árabes durante su destierro en Castejón del Henares -de hecho, los vecinos del cercano pueblo de Jadraque presumen de tener en su municipio el castillo que entonces tomó el Cid-.
GUADALAJARA, salida hacia la campiña
Guadalajara es la capital de la provincia con la que comparte nombre. Se encuentra entre las populares comarcas de la Alcarria y la Campiña del Henares, en la ribera de este último río.
La ciudad cuenta con numerosos restos arquitectónicos de su pasado que visitar, aunque, sin duda, el más relevante y conocido sea el palacio del Infantado, construido por unamiembro de los Mendoza, la familia que durante tantos años marcó los designios de la región.
Partimos de esta ciudad por su puente árabe para conocer la Campiña del Henares. De hecho, esta ciudad es ya partícipe de las bondades del río que la atraviesa.
AZUQUECA DE HENARES, ciudad moderna con corazón antiguo
No nos desprendemos aún del ambiente de las grandes ciudades, pues Azuqueca de Henares es el segundo núcleo más poblado de la provincia.
Allí, entre otras muchas, sobresale la iglesia parroquial de San Miguel (siglo XVI),con un bello pórtico renacentista formado por cinco arcos sobre columnas con capiteles alcarreños. Es curioso el caso de la iglesia de Santa Teresa de Jesús, que fue trasladada piedra a piedra desde el desaparecido pueblo de Alcorlo, actualmente sumergido bajo las aguas.
Hay algunas casas típicas de la arquitectura de la Campiña, de estilo neomudéjar. En su término municipal se han encontrado importantes restos de una villa romana en La Acequilla y dos necrópolis de la misma época.
CABANILLAS DEL CAMPO, otra muestra del estilo de la Campiña
Entre extensos campos de cereal y regadío, y a la fértil orilla del Henares, se encuentra Cabanillas del Campo.
A pesar de contar con mucha construcción moderna, en la localidad han sabido respetar la arquitectura típica rural de la Campiña, de la que existen buenos ejemplos en el casco urbano.
Destaca también la iglesia parroquial de San Pedro, que fue construida en el siglo XVI sobre un templo anterior y que cuenta con una hermosa torre.
ALOVERA, recuerdos de un pasado visigodo
En el término de Alovera, situado en la parte más ancha del valle del Henares, siguen apareciendo vestigios del remoto pasado de la comarca. En el llamado ‘Camino de la Barca’ aparecieron restos de una necrópolis visigoda.
Respecto a sus construcciones religiosas, posee una importante iglesia renacentista de nombre San Miguel. La portada se cobija bajo un pórtico de orden jónico. En el interior se observa una valiosa colección de retablos (siglos XVI-XVIII).
FONTANAR, zonas verdes junto al Henares
Siguiendo hacia el norte al río Henares, entre las espesas arboledas de álamos y chopos en su margen derecha, y las curiosas ‘terreras’ o desplomes rojizos de erosión en su margen izquierda, llega la ruta hasta Fontanar.
Sobre todos sus monumentos destaca la ‘Casa-Cartuja’ de los monjes cartujos de El Paular, del siglo XVI. De especial calidad es su patio central castellano con soportales. También es digna de mención la ermita de la Soledad (siglos XV-XVI), sobre todo por su artesonado mudéjar.
Fontanar cuenta, además, con buenos espacios verdes para el esparcimiento. Es el caso de la vega del arroyo Zaide, en la ribera del río, la propia vega del Henares y el parque municipal ‘Ricardo Francés’, de 15.000 metros cuadrados de extensión.
YUNQUERA DE HENARES, un raid que es fiesta de interés turístico
Antes de llegar a Yunquera, el pueblo se verá precedido por la torre de su parroquia, visible aún en la distancia. La iglesia de San Pedro es del siglo XVI, aunque su torre es anterior y está finamente decorada con adornos platerescos.
Pero quizá su edificio más representativo es el palacio de los Mendoza, situado en su plaza Mayor. Sólo quedan restos de artesonado y algunos frisos platerescos de los dominios de quienes un día fueron los señores de la comarca.
En las cercanías se encuentra la ermita de la Virgen de la Granja, en cuyos alrededores seha construido una espléndida área recreativa.
En esta localidad se celebra cada año el Raid Alta Alcarria, declarado Fiesta de Interés Turístico Regional. La cita es el primer domingo de junio.
HUMANES, ciudad de desarrollo junto al Henares
Abandona ahora la ruta la ribera del Sorbe para retomar la del río Henares, hasta llegar a la populosa ciudad de Humanes, que tanto ha crecido en los últimos tiempos al amparo de Madrid.
En Humanes pueden verse aún los restos de la ciudad medieval de Peñahora. Así como la iglesia de San Esteban, un buen ejemplar del siglo XIV con una torre incompleta. Al igual que en Yunquera, también se puede disfrutar del paisaje y de las zonas de recreo que se han dispuesto en torno a la ermita de la Virgen de Peñahora.
ALARILLA, último encuentro con el río
Fin de la ruta en Alarilla. Pueblo de empinadas calles, está situado en la vega del Henares, pero separado físicamente del río.
Dentro del pueblo destaca su iglesia parroquial, que aunque moderna (su antecesora fue destruida durante la Guerra Civil) imita el estilo románico.
Cerca está el paraje natural de La Muela, un cerro desde el que se tienen unas magníficas vistas panorámicas.
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