El camino seleccionado se plantea como una ruta para descubrir los encantos de la provincia de Sevilla en el entorno más cercano a la capital. Hasta concluir en Gerena se pasará por Camas, Santiponce, Olivares, Sanlúcar la Mayor y Aznalcóllar.
El viajero que se encuentre en la ciudad de Sevilla podrá dejarse seducir por los encantos de una de las zonas más solicitadas del país. Se trata de una provincia repleta de buenas razones para querer conocerla mejor, desde su arte y monumentos, al encanto de sus gentes, pasando por las tradiciones más arraigadas y las tapas más sabrosas.
Esta ruta se presenta perfecta para aquellos visitantes que no dispongan de mucho tiempo pero que deseen adentrarse algo más en el espíritu de la provincia de Sevilla. Por eso el recorrido le lleva solamente a algunos de los municipios más representativos del entorno de la capital.
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El faraón de CAMAS
La primera pausa en el camino tras abandonar la impresionante ciudad de Sevilla es Camas, patria de uno de los toreros más famosos de la historia, Curro Romero, también conocido como ‘Faraón de Camas’. Esta localidad pertenece a la comarca del Aljarafe y su paisaje está caracterizado por los campos de cereales, olivos y vid.
Un paseo por su casco urbano servirá al viajero para empaparse del sabor de una auténtico pueblo sevillano. La construcción más destacada es la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, levantada entrelos siglos XVIII y XIX y formada por tres naves de estilo neoclásico.
Otros lugares a reseñar son la torre del cortijo de Gambogaz, ejemplo de casa burguesa del XIX, o la ermita de Nuestra Señora de Guía.
Si la visita se realiza en el mes de abril se puede aprovechar para contemplar de lleno la celebración de la Semana Santa, que aquí se lleva a cabo con mucha devoción. Otras citas destacadas son las de la feria en septiembre, que coincide con la festividad de los Dolores, y el Rocío.
SANTIPONCE, antigua itálica
El viajero volverá a reiniciar el recorrido hasta llegar a Santiponce, ubicada también en la comarca del Aljarafe, y en la que la actividad agrícola condiciona asimismo su entorno natural. Esta población está emplazada, además, sobre las ruinas de la antigua ciudad romana de Itálica.
El patrimonio de Santiponce tiene algunos elementos que valen la pena ser contemplados por el visitante. Entre ellos sobresale el monasterio de San Isidoro del Campo, edificado en el siglo XIV y reconocido como Conjunto Histórico-Artístico. Fue fundado por Guzmán el Bueno y en su interior se encuentran importantes obras de arte, como el retablo de Martínez Montañés. Su estilo básico es cisterciense, aunque después ha tenido diversos añadidos.
El otro espacio monumental más estimable lo conforman las ruinas romanas de la antigua Itálica. Están compuestas por un teatro, un anfiteatro, casas y necrópolis. En el Museo Arqueológico también se pueden observar otro tipo de restos.
La colegiata de OLIVARES
El trayecto sigue hasta llegar a Olivares, una población situada al oeste de la capital y a 169 metros de altitud sobre el nivel del mar. También forma parte del Aljarafe y sus tierras están bañadas por las aguas del río Guadiamar. Sus ricas vegas están pobladas de cereales y olivos.
Como otros municipios de la zona su origen se sitúa en el período romano, y el visitante lo podrá comprobar viendo los restos del acueducto romano en el Cerro de las Cabezas. Además, cuenta con algunos monumentos especiales, como la colegiata de Nuestra Señora de las Nieves, del siglo XVII, una de las iglesias más estimadas de la provincia.
Otras construcciones relevantes son la capilla de la Vera Cruz, del siglo XVI, aunque reformada en el XIX; la torre árabe de San Antonio o el palacio de los Conde-Duques de Olivares, del XVII.
A esta altura del viaje es una buena idea tomarse un respiro y reponer fuerzas en algunos de los restaurantes de la localidad. En cualquiera de ellos se podrán probar algunas recetas típicas, como el cúcharo, el pollo con almendras, el potaje de garbanzos con bacalao o el conejo de habas. Como postre se puede degustar algún dulce típico, como la polea o los roscos almelaos.
SANLUCAR LA MAYOR, una localidad monumental
Tras el descanso gastronómico se puede continuar el recorrido hasta Sanlúcar la Mayor, un poco más al oeste de Sevilla capital y ubicada a 148 metros de altitud, ya en el límite de la comarca del Aljarafe. El río Guadiamar baña el término y nutre los fértiles campos de olivos, cereales y vid.
Entre los elementos de su patrimonio histórico y artístico vale la pena resaltar algunos. Uno de ellos es la iglesia de San Eustaquio, de estilo mudéjary con obras de arte en su interior desde el siglo XVI. Otros edificios que el visitante no ha de olvidar son la iglesia de San Pedro y la de Santa María, de los siglos XVI y XVII. Además se puede observar también el convento de San José.
Pero también se pueden encontrar ejemplos de arquitectura civil, como la Cilla del Cabildo y la hacienda de Benanuza, una antigua alquería típicamente andaluza del siglo X, que ha sido transformada en hotel.
El entorno natural de AZNALCOLLAR
El camino sigue hasta conducirnos a Aznalcóllar, una localidad famosa por sus minas de pirita y sus canteras, y emplazada a 155 metros de altitud sobre el nivel del mar. Se encuentra muy cerca ya del límite con la vecina provincia de Huelva. Su entorno es un espacio natural protegido por la Junta de Andalucía, y abarca las zonas de Charcofrío, los Madroñalejos y los Palmares.
De su casco urbano vale la pena resaltar también algunos puntos de interés, como la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación. Se trata de un templo del siglo XVIII, aunque con detalles anteriores, como un púlpito del XVII. Otros lugares que vale la pena visitar son la capilla del cementerio, la de la CruzArriba y la de la Cruz Abajo.
El visitante que llegue a Aznalcóllar puede darse el capricho de saborear dulces típicos de la población, como los pestiños, los piñonates y la torta de masa, cuyo ingrediente principal es la miel.
GAREÑA, final de trayecto
El recorrido llega ya a su fin en Garena, una localidad hacia el norte del Aljarafe, en el tránsito entre la sierra y los campos de cultivos, como olivos o cereales. Su origen se sitúa en el período romano, aunque se han encontrado numerosos restos visigóticos.
Una incursión por sus calles dará a conocer al visitante varios monumentos estimables. Entre ellos está la iglesia de la Inmaculada Concepción, construida en el siglo XIV siguiendo el estilo mudéjar. Otros templos importantes son el de San Benito, del s. XVIII y antiguo hospital de la Sangre; y la capilla de la Soledad.
Respecto a los edificios civiles hay que contemplar la casa del Marqués de Albacerrada, así como los caseríos de la Pizana, ejemplo de construcciones señoriales andaluzas.
De esta manera se puede dar por concluida esta ruta por la provincia de Sevilla. A través de los kilómetros recorridos por los alrededores de la capital se ha podido descubrir parte del espíritu andaluz y también una serie de municipios cercanos muy ricos en patrimonio natural y cultural.