RUTA ESPAÑA, RUTA POR EL MODERNISMO DE GAUDI

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Tres son los hitos de esta ruta a través del modernismo catalán, cuyo máximo exponente mundial lo constituye el genial Antoni Gaudí. Partiremos de la monumental Barcelona, para ver luego Mataró y Vic, finalizando con una segunda visita a la ciudad condal.

La provincia barcelonesa está contagiada por el aire cosmopolita y moderno de su capital, Barcelona, que siempre probó su deseo de ser moderna, seguir las últimas tendencias internacionales o estar a la cabeza de ellas. Esta disposición se hace evidente a los ojos del visitante, especialmente si observa su arquitectura y su ambiente en las calles.

Muestra de este ansia por estar a la vanguardia es el hecho de haberse convertido en importantísimo centro del Modernismo. Movimiento desarrollado mayoritariamente en la capital, pero que ha saltado a otros puntos de la provincia, como es el caso de las dos localidades que visitaremos: Mataró y Vic.

Hablar de Barcelona ciudad es hablar del Modernismo de Antoni Gaudí. La genial creatividad de este arriesgado y, al fin, aplaudido arquitecto, plasmada nada menos que en doce espléndidas obras que ha dejado como legado en la capital barcelonesa, ha terminado convirtiéndose en seña de identidad de la ciudad más cosmopolita de España.

Las doce obras mencionadas bien merecen una visita y, al menos, comentaremos las más interesantes por su relevancia. Como no podía ser de otra forma, comenzamos con la Sagrada Familia (1883-1926), sin duda la gran apuesta profesional de Gaudí. La cuál, quedó inacabada cuando sobrevino la muerte del extravagante arquitecto en 1926. Se trata de una gran catedral de inspiración gótica que se ha convertido en estandarte de la más moderna arquitectura.

La Casa Vincens fue su debut arquitectónico en 1883. Encargada por un fabricante de azulejos, Gaudí no dudó en usar masivamente este poco usual y barato material junto al ladrillo y al hierro. Obteniendo impresionantes resultados que le marcaron durante toda su carrera.

La Finca Güell (1884-87) fue un encargo de su amigo y promotor, el industrial Eusebi Güell. Se trata de un paraíso de color y formas imaginarias al que se accede desde una angosta entrada.

Después, Gaudí realizaría aún tres obras más con el nombre de Güell: el Palau Güell (1886-89), en el que el arquitecto logró mágicos efectos visuales. El Parque Güell, fascinante escenario de jardines con sobredimensionadas formas arquitectónicas; y la Cripta de la Colonia Güell, pequeña capilla integrada genialmente en el paisaje, a unos 15 kilómetros a las afueras de la ciudad.

La controvertida Casa Milá suscitó cientos de comentarios satíricos en su época debido a su corte futurista. Muestra de ello es el calificativo que se le adjudicó entonces y por el cual aún hoy es conocida: “La Pedrera”. Se trata del edificio que quizás mejor sintetiza los elementos arquitectónicos de Gaudí, con su fachada porosa y su aspecto de panal de abejas.

Por último, es obligada la visita a la sorprendente Casa Batlló (1904-06), en la que hay una ausencia total de líneas rectas. Incluso sus muros son ondulados, como si estuviese enteramente elaborada en piel. Elefantes, monstruos, máscaras venecianas y el uso del azulejo en tonos azules son peculiaridades que no pasan desapercibidas para el visitante.

La huella de Gaudí en MATARO

El paso de Gaudí por Mataró cuando aún era muy joven (de los 22 a los 33 años) es muy significativo, pues es allí donde se conoce el único episodio amoroso de su vida. La joven se llamaba Pepeta Moreu y, aunque los biógrafos de Gaudí no se ponen de acuerdo, la idea general es que cuando Gaudí le comunicó sus pretensiones ella ya había elegido a otro.

La Cooperativa Obrera Mataronenca, única obra de Antoni Gaudí que el visitante podrá contemplar en la ciudad de Mataró, era como una fábrica. Hoy sólo se conserva la sala de blanqueo con arcos catenarios de madera, los sanitarios y un remate del palo de la bandera.

Los dibujos del Casino –Gaudí proyectó la reforma de una casa como casino recreativo- se conservan en una colección particular de Mataró.

Además de los elementos mencionados, Gaudí también dibujó el conjunto de los edificios y la urbanización para las casas de los obreros.

Otras excelentes muestras del Modernismo esperan diseminadas por esta bella ciudad barcelonesa, como la Botiga La Confianza, el Rengle o las casas Parera,Sisternes y Coll i Regàs, del arquitecto municipal J. Puig i Cadafalch; la Residencia de Sant Joseph, de E. Ferrés i Puig; Camp Boada, del arquitecto Jeroni Boada; o la Casa Palau, de autor desconocido.

La VIC modernista

Centro administrativo de la comarca de Osona, que comprende 51 municipios, Vic se sitúa en el centro de la Plana de su mismo nombre, en el valle del Ter, y rodeada por relieves montañosos y mesetas.

Vic posee un vasto patrimonio histórico-artístico que abarca desde el siglo II de nuestra era –como el templo romano, hallado en el interior del castillo medieval delos Montcada- hasta bien entrado el XIX, con diversos ejemplares de arquitectura modernista.

La catedral fue construida en el 1038 y los elementos más antiguos que conserva son la cripta y el campanario de seis cuerpos románico, además del claustro. Resaltan en esta ruta también el Castillo de los Montcada, obra del siglo XI, que tenía adosada la iglesia del Pilar; el puente románico de Queralt; o la Casa de la Ciudad, gótica de 1358.

El Hospital de la Santa Creu data de 1348 (aunque fue ampliado en los siglos XVI y XVII) y en él destacan dos grandes naves góticas, la fachada, el patio renacentista y el claustro de la iglesia, que es barroco. Merece la pena visitar la Iglesia de la Piedad, con su bella fachada barroca de comienzos del siglo XVII.

El Convento de Santa Teresa (1646), en cuya iglesia se puede ver el altar barroco y el monumento de Semana Santa; y la iglesia y convento de Santo Domingo, iniciados en 1708, de estilo plateresco.

Ahora bien, si el hilo conductor de esta ruta es el Modernismo, Vic tiene varias propuestas que hacer al amante de este estilo arquitectónico tan espectacular. Así, entre sus obras modernistas hay que citar el PalauComella o Casino; la Casa Puigsec-Masferrer; y la Casa Colomer, de fachada asimétrica y con tribuna decorada con cerámica verde y balcones de hierro forjado.

BARCELONA vanguardista

De regreso a nuestro punto de partida, podemos terminar de ver algunas obras de Antoni Gaudí que, a buen seguro, sorprenderán al visitante por la increíble creatividad e inspiración que derrochan por doquier.

Un curioso encargo del amigo y mecenas del arquitecto, Eusebi Güell, fue el diseño y construcción de la puerta -únicamente la puerta- de la Finca Miralles, situada en el Paseo Manuel Girona.La puerta, que fue encargada cuando Gaudí ejecutaba su obra más convencional –la Casa Calvet- contrasta enormemente con la estética de esta obra contemporánea a la misma.

Otra visita interesante es Bellesguard (1900-09), que fue residencia de recreo del último rey catalán, Martí I, y que siglos más tarde fue modificada por Gaudí, obteniendo un genial resultado de armonía.

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