La ruta elegida se presenta como un recorrido para descubrir la zona interior de la provincia de Pontevedra. El recorrido que va desde Vigo a Ponte Caldelas pasa por las poblaciones de Mos, O Porriño, Ponteáreas, As Neves, Arbo y A Cañiza.
La provincia de Pontevedra es un buen ejemplo para conocer el carácter único de la comunidad autónoma de Galicia. El viaje elegido va a servir para descubrir una nueva faceta de la misma, la zona de tránsito desde la costa atlántica hacia el interior. De las playas de las Rías Baixas a un entorno más abrupto pero lleno de encanto. Con numerosos puntos de interés en los que detener la mirada y todos los sentidos.
La ruta se inicia en la ciudad de Vigo, una de las más importantes de toda Galicia. Esta urbe, de marcado paisaje moderno e industrial, ofrece al visitante una imagen distinta a la de otras capitales de la región. No exenta tampoco de valiosos elementos artísticos e históricos.
Los bellos bosques de MOS
El visitante emprende camino hacia la población de Mos, a apenas 20 km al sur de la capital. Se trata de un municipio situado en pleno valle del río Louro. Un entorno de transición hacia el interior más accidentado de la provincia de Pontevedra.
De hecho, Mos está ubicado entre la sierra do Galiñeiro, As Pereiras y do Galleiro. En este espacio se pueden empezar ya a encontrar alturas estimables, como las del monte de As Sete Paredes, de 744m, las de O Salgueirón, de 621, y Castelo, de 543.
El visitante podrá encontrar en esta localidad un paisaje que se mantiene prácticamente intacto y que se presenta como el mayor punto de interés de la parada.
La mejor opción es adentrarse en los frondosos bosques de pinos, eucaliptos, carballos, acacias y castaños, todo especies autóctonas
O PORRIÑO, granito rosa
El siguiente descanso en el camino es en la localidad de O Porriño, situada junto a la de Mos. Es el siguiente punto hacia el interior de Pontevedra y se trata de un destacado centro de explotación mineral, con la‘rosa do Porriño’ como producto estrella. Es una variedad de granito de color rosa que se exporta a todo el mundo.
Su término municipal está compuesto por núcleos dispersos de parroquias, como Porriño, Torneiros, Atios o Budiño, y en su interior goza de diversos puntos de atención. Entre ellos está la Casa Consistorial, la escuela Fernández-Areal o el Parque Central, obras todas ellas del arquitecto originario de O Porriño, Antonio Palacios.
Otras visitas que no hay que dejar de realizar en esta pequeña incursión son al cruceiro de O Cristo do Celeiro, del siglo XVIII, los restos del castillo de Mirabel, en Cans, la iglesia de Chenlo o la de Pontellas, del XVII. Además, resulta amena la excursión al monte del Castro o al humedal de As Gándaras, en el río Louro.
PONTEAREAS, huella del pasado
Dirigiéndonos más hacia el interior en dirección este llegaremos al municipio de Ponteáreas. Se encuentra en pleno valle del Tea, en un enclave que ya empieza a ser bastante accidentado. Aquí se pueden contemplar alturas considerables, como la del monte Galleiro, de 744 m.
La localidad está enmarcada entre sierras, cuya erosión ha provocado la formación de enormes masas de granito en forma de bola, que son conocidas como ‘penedos’. Además, el río Tea ofrece un par de estampas de mucha belleza, como son las playas fluviales de A Freixa y As Partidas.
Uno de los mayores atractivos de esta visita es la riqueza de restos de tipo arqueológico que se han encontrado de los períodos Neolítico y Paleolítico. Buenos ejemplos son los castros hallados de Angoares, Celeiros, Fózara, Guillade o Troña.
Respecto al patrimonio monumental sobresale la iglesia románica de San Pedro de Angoares, que alberga valiosos iconos; el puente de los Remedios, del siglo XIII; o el convento de Canedo, del XVIII. Por último, no hay que olvidar el pazo de Porte Barreiro, muestra de gran casona gallega.
Éste es un buen lugar para disfrutar de la cocina gallega de interior. Esta variedad culinaria tiene a la carne como mayor protagonista, aunque también el pescado de río, como la lamprea, juega un papel primordial. Se prepara tanto en su sangre, como seca, enrollada o a la brasa. Y nada mejor que regarla con el vino blanco de la zona.
AS NEVES, concejo con encanto
El camino sigue hasta llegar a la pequeña población de As Neves, unos kilómetros al sur de la anterior parada, en la misma frontera con Portugal. Es un concejo emplazado en un territorio montañoso, con elevaciones importantes como las de la Pena da Lama, de casi 500 m, o el monte de la Mariña.
Se trata de un municipio con mucho encanto, gracias a su tranquila atmósfera y a su rico entorno natural. Del casco urbano vale la pena señalar algunos elementos, como el santuario de Nosa Señora das Neves, patrona de la localidad y a la que se dedica una popular romería en el mes de agosto. El origen de esta construcción se suele situar en el siglo XV, aunque con retoques posteriores. En su interior guarda imágenes religiosas de los siglos XIII al XVIII.
Un lugar que no hay que perderse en esta visita a As Neves es el monasterio de Caaveiro, anterior al siglo X, y que está en proceso de restauración.
ARBO, área montañosa
El trayecto continúapara llegar al municipio de Arbo, situado en la misma frontera de la vecina Portugal y cerca de la provincia de Ourense, en Galicia. Esta localidad pertenece a la comarca de Paradanta y su término municipal está compuesto por las parroquias de Barcela, Cequeliños, Cabeiras, Arbo, Mourentán y Sela.
Su entorno natural se caracteriza por ser más accidentado que el de las anteriores poblaciones. Aquí se pueden encontrar alturas que llegan a los 900 m, pertenecientes a la sierra de A Paradanta. Además, estos espacios están regados por las aguas del río Miño y también por sus afluentes, el Deva y el Cea.
Estas tierras se caracterizan por ser muy fértiles y productivas, y de ellas surge una variedad de vino muy apreciada, por la que la villa de Arbo es conocida más allá de su comunidad autónoma. Por eso éste es un buen punto para realizar una parada más larga y disfrutar de lo mejor de la cocina de la zona.
A CAÑIZA, junto a Ourense
Nuestra ruta sigue su camino hasta llegar a la población de A Cañiza, al norte de Arbo y muy cerca del límite con Ourense. Su orografía también se caracteriza por ser bastante montañosa, con alturas cuya media se sitúa en800 m. El monte más destacado es el de Paradanta.
El patrimonio artístico y monumental de A Cañiza cuenta con elementos muy apreciados en su nomina que el viajero no puede dejar de contemplar. El más valorado de ellos es el santuario de la Virgen de A Franqueira, situado en lo alto del montede Paradanta. Otro lugar de interés para el visitante curioso es sin duda la iglesia de Parada das Achas, del siglo XIX.
La ruta se va acercando a su fin y nos encontramos ya de lleno en el interior de la provincia de Pontevedra, donde se puede gozar de una paisaje montañoso, de fértiles tierras y de una gastronomía autóctona, basada en unos platos con mayor enjundia y con más presencia de la carne.
PONTE CALDELAS, municipio en alto
El camino hacia el interior de Pontevedra llega a su fin en la localidad de Ponte Caldelas. Su término municipal, de 87 km2, se caracteriza por ser bastante abrupto, con elevaciones muy destacadas en la zona, como las la sierra da Castrelada, de 633 m, la de A Fracha, de 545 m, y la de Penarada, de 544 m.
Estas tierras están regadas por las aguas de los ríos Verdugo y Oitaven, que ofrecen espacios envidiables para los aficionados a la pescafluvial.
Este municipio ofrece al forastero la posibilidad de contemplar excelentes ejemplos de arquitectura religiosa. Entre ellos destaca la iglesia románica de Tourón, levantada en el siglo XII. Otros puntos de interés artístico son la iglesia de Santa Eulalia, la de A Insúa y la de Xustáns.
Un paseo por su casco urbano nos llevará a la plazuela del Obispo, en el mismo centro antiguo de la población, un entorno lleno de sabor.
Se puede aprovechar para realizar el viaje en el mes de agosto y así disfrutar de la localidad durante sus fiestas patronales, dedicadas a la Virgende los Dolores. Tienen lugar a final de mes y en ellas participan todos sus habitantes y se puede degustar la mejor cocina de la zona, con el pescado de río -en especial la trucha- como protagonista.
Así llegamos al final de nuestro recorrido desde la costera ciudad de Vigo hasta una de las zonas más montañosas del interior de la provincia gallega de Pontevedra. De este modo se ha podido comprobar el cambio de paisaje y la variedad del entorno natural gallego.
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