El recorrido elegido parte de la ciudad de Oviedo para adentrarse en lo más profundo del Principado de Asturias, hacia parajes de belleza esplendorosa. Nuestro camino se detendrá en Grado, Pravia, Salas, Tineo, Cangas del Narcea, hasta llegar a Somiedo.
El Principado de Asturias se distingue de otras comunidades autónomas por su grandioso patrimonio natural. Con numerosos espacios de impresión como los parques naturales de Picos de Europa o Somiedo. Pero tampoco se queda atrás en riqueza cultural y monumental, con abundantes restos arqueológicos y muestras del mejor románico y barroco español.
Los atractivos de esta tierra son abundantes para todo aquel que se acerque a ella por primera vez o para el que repita viaje. Desde la hospitalidad de sus gentes a su gastronomía, basada en la sencillez y calidad de los productos propios. Pasando por la pervivencia de las más populares tradiciones, el visitante no deja de verse maravillado por esta verde región.
El camino se iniciará en la capital, Oviedo, donde disfrutará de una ciudad muy monumental y con un pasado que se palpa en cada esquina del casco antiguo. Desde ‘Vetusta’ el trayecto llevará al viajero hasta el concejo de Somiedo, donde podrá contemplar uno de los paisajes más espectaculares de España,
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El paisaje accidentado de GRADO
La primera pausa en el recorrido se realizará en Grado, a poco más de 20 kilómetros de la ciudad de Oviedo. Se trata de una localidad del centro de Asturias, cuyo término municipal está regado por el río Nalón y también el Cubia, que dan fertilidad a sus tierras.
Su perfil es muy accidentado y llega a alcanzar los 1.200 metros en las partes altas del valle del Cubia. Una excursión a lo largo de su territorio significa perderse entre prados, huertas y bosques, ocupados por robledales, hayedos y abedules. Vale la pena visitar también el Paisaje Protegido de Pico Caldoveiro.
En esta población se organizan importantes mercados, conocidos como Mercadones, que tienen lugar cada miércoles y domingo. De su casco urbano hay que señalar algunas construcciones, especialmente el palacio Fontela y la casa de los Fernández-Miranda, ejemplos de arquitectura señorial.

Otros lugares destacados son el ayuntamiento, el puente de Peñaflor, la capilla de Villanueva o la torre medieval de Torrixon. El visitante tampoco debe dejar de acudir al Museo Etnográfico.
Una incursión en Grado no puede acabar sin degustar los excelente quesos de la zona, como el Afuega’l Pitu, duro pero de sabor suave, o el Afuega’l Pitu Roxu de Trapu, más blando y más ácido. Si se quiere hacer una pausa gastronómica más detallada se pueden probar recetas típicas, como la fabada, el pote, la sopa de hígado o el pan escaldado de postre.
Las casas señoriales de PRAVIA
La siguiente parada se hará en Pravia, un municipio situado en el valle del río Nalón, un marco lleno de ondulaciones leves que nunca superan los 700 metros, y a medio camino entre el Cantábrico y el interior más montañoso.
Como es habitual en esta región son numerosos los cursos fluviales que riegan sus tierras, pudiendo el excursionista aprovechar para practicar la pesca, en especial de la trucha.
Un paseo por las calles de esta localidad dará a conocer al visitante un patrimonio estimable, en el que sobresale la cantidad de casas señoriales y palacios de la época en que Pravia era capital del reino de Asturias.

De este tipo de arquitectura hay que resaltar el palacio de Inclán, del siglo VII, el de Salas, o el de los Franco, además de la casa del Busto o la de Somao, de tipo indiano.
También merecen la pena la iglesia prerrománica de San Juan Bautista, del siglo VIII, y la colegiata de Santa María, del XVIII. Si el viajero quiere conocer el modo de vida tradicional de los habitantes de antaño aquí podrá ver los hornos y batanes antiguos, así como los molinos ya en desuso.
Diversas fiestas de carácter gastronómico se reparten a lo largo del año. Las más importantes son las del Salmón, las de la Huerta, la Faba y el Arroz con Leche, o el Kiwi y la Miel. En ellas se exhiben los productos propios de la tierra.
El espacio forestal de SALAS
El camino continúa hasta llegar a Salas, un poco más hacia el interior de Asturias. Es una población de orografía escarpada, entre las sierras de Aguión, Voudenaya, El Visu y Las Traviesas.
La mayor parte de su término está ocupado por bosques de robles, encinas y castaños; y alimentados por los ríos Narcea, Aranguín y Nonaya. Además, el Tejo de Salas es un espacio protegido con la denominación de Monumento Natural.
Junto a lo valioso de su entorno el viajero encontrará un apreciado patrimonio histórico, en el que destaca la colegiata de Santa María la Mayor, levantada a principios del siglo XVI.

Otros edificios importantes son la iglesia de San Martín, que data del siglo IX, el monasterio románico de San Salvador en Cornellana, o la capilla de San Roque. También valen la pena la torre de Dóriga, del siglo XIV, o elpalacio de la Condesa de Casares.
En este municipio tienen lugar, además, diversas fiestas de carácter gastronómico en las que, a parte de saborear la mejor cocina asturiana, se pueden conocer mejor las tradiciones de la región. Son, por ejemplo, la feria del Salmón, la de las Ovejas, o el certamen de Quesos Asturianos, en el mes de abril.

La Vaqueraida de TINEO
La ruta sigue su trayecto más abajo hasta el municipio de Tineo, uno de los concejos más extensos del Principado de Asturias. Está emplazado en la sierra de Rañadoiro y se trata de un territorio de grandes desniveles, con el Pico de La Patana, de 1.532 metros, como punta más alta. Además, está bañado por dos ríos, el Narcea y el Tuña.
El viajero se encontrará aquí con un entorno que invita al turismo de aventura y al senderismo para disfrutar plenamente de la naturaleza. Para los aficionados a la caza y a la pesca éste también es un buen destino, ya que cuenta con especies de caza mayor y menor, como el venado, el jabalí, la liebre, la perdiz o la becada.

El casco histórico de Tineo también es estimable, con monumentos emblemáticos como el palacio de Merás, del siglo XVI, o el de García Tineo, levantado entre los siglos XIII y XIV. Dentro de su arquitectura religiosa no hay que olvidar la iglesia de San Pedro, el convento de San Miguel, del siglo X, o el monasterio de Santa María la Real, ya en ruinas.
En esta población se puede asistir a una de las fiestas con mayor trayectoria de la comunidad, ‘La Vaqueraida’, que tiene lugar el último domingo del mes de julio y está considerada de Interés Turístico Nacional. Durante la misma se celebra una boda ‘vaqueira’, a la que acuden los novios a caballo y todos los habitantes participan en bailes y otras actividades folclóricas.
CANGAS DE NARCEA, entre densos bosques
El recorrido se detiene ahora en Cangas del Narcea, otra localidad de lo más profundo de Asturias, también caracterizada por su paisaje montañoso y frondoso. Se trata del término más amplio de toda la comunidad autónoma y está emplazado en la parte alta del río Narcea.
Goza de variedad de espacios naturales que hay que contemplar, acudiendo en excursión a algunos de los numerosos ríos que bañan sus tierras, afluentes del principal, como el Muniellos, el Coutu y el Naviegu.
Su territorio está enmarcado entre distintas sierras, la Serrantina, los Montes de Brigueda y la Cordillera Cantábrica al sur. La altura más destacada está en el Cuetu d’Arbas, a 2.007 metros de elevación, todo un reto para los excursionistas más voluntariosos. Otros picos importantes son la Peña Treisa, de 1.923 metros, y el puerto deLeitaregos, de 1.525 metros.

El viajero se encontrará aquí metido de lleno en plena naturaleza, abrumado por espacios increíbles. Como la Reserva Biológica Nacional de Muniellos, con una gran extensión de bosques de robles y hayas, de las más estimables de Europa. También son lugares protegidos el Parque Natural de Cangas y el de las Fuentes del Narcea y del Ibias.
Pero la detallada visita todavía se puede mejorar, acudiendo al casco urbano del concejo y descubriendo la antigua Cangas de Tineo. La construcción más importante es el monasterio de San Juan Bautista de Corias, delsiglo XI. Se le conoce como El ‘Escorialín’ y fue levantado a lo largo de siete siglos, por lo que cuenta con variedad de estilos. La fachada es barroca y en el interior hay una larga colección de obras de arte de distintas épocas.

Parque natural de SOMIEDO
La última parada se llevará a cabo en Somiedo, concejo limítrofe con la provincia de León y situado en plena Cordillera Cantábrica. Su capital es Pola de Somiedo y está bañada por las aguas de los afluentes del Narcea, el Somiedo, el Saliencia y el Pigüeña. Ésta es una de las localidades de belleza más impresionantede Asturias, con varios enclaves únicos.
Su accidentada orografía ofrece al visitante montes como El Cornón, de 2.187 metros de altitud, la Peña Orniz, Las Monteras o el Fanarrionda, donde uno puede asomarse a espectaculares desfiladeros, como el Infierno de Azuz y el de Veigas. A lo largo de todo su territorio se encuentran dispersas lagunas, como la del Valle, la Cueva o Calabazosa.
Una incursión en el Parque Natural de Somiedo es una cita inexcusable. Se trata de una de las reservas forestales más valiosas, con hermosos bosques de ‘carbayos’, hayas, abedules y encinas. Donde podemos disfrutar del oso pardo, especie protegida y tesoro de la Europa Occidental.

De su patrimonio monumental hay que remarcar el palacio de los Flórez Estrada, casa señorial de los siglos XV al XVIII, cuyo estilo principal es el renacentista.
Otros espacios de interés son los restos del castillo de Alba que data de la época medieval. También del palacio del Conde de Torata, del siglo XIX.
Lo mejor es dejarse llevar por sus calles y casonas y así descubrir el encanto de construcciones tradicionales, los ‘teitos’ con techos de escoba; o las ‘brañas’, donde antiguamente vivían los ganaderos trashumantes.
Para concluir en condiciones el viaje nada mejor que descansar y disfrutar de la buena mesa. Los platos más recomendables son la caldereta de cordero, el pote de berzas, el cabrito asado o las chanfainas, hechas con arroz y menudillos. Tampoco hay que perder la oportunidad de llevarse postres típicos como el dulce de nuez y avellana, y los borrachines.
Con Somiedo la ruta llega a su fin. Desde la ciudad de Oviedo el viajero se ha podido ir adentrando en el centro del Principado de Asturias. Descubrir poco a poco los numerosos atractivos de esta zona del interior, con parajes de inusitada belleza y monumentos que hablan de su larga historia. Un valor añadido siempre es su contundente gastronomía y la contemplación de su rico folclore.