En esta ruta descubriremos los parajes de la Ciudad Encantada y los Callejones de Las Majadas, unas extraordinarias formaciones geológicas que han modelado el paisaje con caprichosas formas. Nuestro camino discurrirá primero por la Hoz del Júcar, entre profundos barrancos que dibujan los contornos del río.
Allí, el viajero encontrará bellos paisajes y remansos de agua donde es abundante la pesca. Multitud de merenderos y lugares de descanso nos permitirán detenernos con frecuencia para admirar el entorno.
La segunda parte del viaje transcurrirá ya por la sierra conquense. Camino de los Callejones de Las Majadas y la Ciudad Encantada, verdadero objetivo de esta ruta y que constituyen uno de los mayores atractivos turísticos de la provincia.
UÑA, la pequeña y agreste hoz
Situada sobre una elevada colina, encajonada entre dos sierras, se alza la localidad serrana de Uña. Su nombre deriva etimológicamente de ‘hoz’, en clara referencia a sus paisajes de profundos cortados y barrancos.
Cuenta el municipio con una sobria iglesia parroquial dedicada a San Miguel Arcángel. Combina la mampostería y los sillares de las esquinas con el ladrillo del remate de la espadaña. Consta de una sola nave y techo de madera a dos aguas. Aunque su origen es del siglo XIII, sufrió una profunda restauración en el siglo XVI.

Sin embargo, el mayor aliciente turístico de Uña es su laguna. Un rico ecosistema de flora y fauna creado artificialmente como depósito de agua y piscifactoría. El paraje es especialmente bello al atardecer, cuando los débiles rayos del sol crean en la laguna una atmósfera muy particular, de sutiles colores anaranjados.
LAS MAJADAS, la otra ciudad encantada
Aunque menos conocido y, por tanto, menos visitado que la Ciudad Encantada, el paraje de los Callejones de Las Majadas no tiene nada que envidiar.
Caprichosas formaciones –semejantes a pasillos, puertas, plazas, puentes o arcos- acompañan al visitante, que descubre a cada paso formas sutilmente familiares, como si se tratara de un poblado cincelado por un remoto dios.

Los Callejones de Las Majadas se encuentran a unos 3 km de la localidad de Las Majadas, que cuenta con una adecuada infraestructura turística (hostales, restaurantes, empresas de turismo activo, etc.).
Su entorno, como corresponde a la serranía conquense, está tapizado por frondosos pinares, donde anida el fastuoso buitre leonado. En la localidad destaca el edificio de la iglesia parroquial, del siglo XVI y que conserva un magnífico artesonado.
VILLALBA DE LA SIERRA, sobre el río Júcar
Volviendo en dirección a Cuenca nos detendremos en el último punto de esta ruta, la localidad de Villalba de la Sierra. Enclavado en la Hoz del Júcar. Se trata de un pueblo moderno, con recientes construcciones que nos dan pistas acerca de su condición de segunda residencia para muchos conquenses.
Villalba de la Sierra es conocida, sobre todo, como puerta de entrada a la Ciudad Encantada, a la que se accede subiendo desde el poblado de Unión Eléctrica, construido a comienzos de siglo.

Muy pronto nos topamos con uno de los lugares más interesantes de la visita: el Ventano del Diablo. Un espectacular mirador sobre el Júcar, que en esta zona discurre encajonado entre abruptos cortados.
Al final de la subida, y tras tomar un desvío a la derecha, llegamos a la Ciudad Encantada. Donde la erosión del terreno calizo ha dibujado un paisaje poético y ensoñador, donde cada roca y cada saliente adoptan apariencia humana o animal y donde el susurro del viento nos adentra en un mundo de fantasía.
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